Cómo manejar los nervios en los momentos clave

Como manejar los nervios en los momentos clave

El mundo nos pone a prueba constantemente y, a veces, nos ganan los nervios. Por eso, te dejamos algunos tips para bajar un cambio y prepararte para una entrevista, exposición o cualquier otra situación estresante.

Una mujer está agarrandose la cabeza

¿Alguna vez te pasó esto? Venís estudiando hace días, leíste todos los apuntes, ya te sabés hasta el número de páginas que tiene cada libro. Pero llega el día del examen y … ¡mente en blanco!

¿Y esto? Te llaman para una entrevista de trabajo, tenés pensado qué decir casi con exactitud. Querés que te vaya bien, pero empezás a transpirar y no encontrás las palabras que tenías preparadas. Y lo peor de todo es que media hora después del horror se te ocurre una presentación perfecta. La mente dejó de estar en blanco, pero llega la impotencia.

¡No te preocupes! Todos pasamos por situaciones así, es normal. Por lo general, experimentamos más nervios cuando nos sentimos vulnerables. Es decir que, si estás pasando una “mala racha” a nivel emocional, es más probable que estas cosas te sucedan.

 ¿Cuáles son las manifestaciones físicas más frecuentes? 

  • Estar inquieto.

  • Mover las piernas al estar sentado.

  • Jugar con las manos (solas o con algún objeto).

  • Tartamudear.

  • Quedarse en blanco.

  • Repetir muletillas en el discurso.

  • Morderse las uñas.

  • Transpirar.

  • Sufrir un aumento de la frecuencia cardíaca.

  • Tener náuseas o dolor de panza.

Encima, todas estas manifestaciones son visibles y notorias ante la persona que nos está “evaluando”, y esto no solo aumenta los nervios, también hace que te empieces a enroscar cada vez más. Además, socialmente, todos esos signos tienen una repercusión negativa, y nos hacen ver como inseguros y frágiles. 

¿Qué es lo que causa nuestro nerviosismo?

Por lo general, se relaciona con la presión que genera el resultado de lo que estemos haciendo. Por ejemplo, si es una entrevista laboral, sentimos la presión de conseguir el empleo. De este modo, la frustración juega un rol importante, porque aumenta nuestras inseguridades. Por otro lado, la exposición que se genera suele ser abrumadora para algunas personas. 

Ahora bien, ¿qué hacemos con esto?

En primera instancia, hay que diferenciar si tenemos nervios o ansiedad. Es importante identificarlo, porque, si bien comparten síntomas, tienen tratamientos sumamente diferentes. El origen de la ansiedad es difuso y puede darse en cualquier momento, mientras que los nervios se manifiestan ante situaciones puntuales y culminan a la par de éstas.

 ¿Qué podemos hacer para controlar nuestros nervios? 

  1.  Mantener la confianza. Seguramente podés afrontar lo que te está poniendo nervioso. Estás a la altura de las circunstancias. ¡Confiá en vos! Pensá en todas las veces que creíste que no ibas a poder y pudiste.

  2. Buscar sentirte cómodo ante la situación. Ponete ropa que te haga sentir bien, comé liviano, buscá tener un sentimiento de seguridad bien alto. 

  3. Divertirte en movimiento. Puede sonar absurdo, pero bailar algún ritmo movido antes va a ayudar a liberar tensión y conectarte con tu cuerpo.

  4. Aprender técnicas de respiración. Al estar agitados, nuestro cerebro capta que estamos expuestos a una situación de peligro. Al aprender a respirar, liberamos tensión y nuestro cuerpo entiende que todo va a estar bien. 

  5. Hacer meditación ¡Todo está en nuestra cabeza! Por eso, la meditación es un instrumento muy práctico a la hora de controlar tus pensamientos.

  6. Practicar tu exposición. Si vas a dar un examen o una charla, pedile a alguien que haga de oyente y practicá. Hacelo las veces que necesites. Esto hará que puedas organizar bien tu discurso. En ocasiones, lo que pensamos suena bien en la mente, pero hace falta exteriorizarlo para comprobarlo.

  7. Hacer teatro. Si hablar en público te hace sentir muy expuesto, podría ser una solución. Las técnicas que utilizan van a hacer que ganes confianza y encuentres las herramientas necesarias para afrontar esas situaciones.

  8. Descansar. Es importante que hayas dormido bien, porque vas a necesitar energía.

  9. Quitarte presión. ¡Todo va a estar bien! Y si las cosas no resultan como vos querías, no te llenes de culpa o frustración. Alguna vez todos desaprobamos o no conseguimos un trabajo que queríamos. Siempre se puede volver a intentar. 

  10. Hacer una terapia psicológica. Si sentís que los síntomas perduran por más tiempo de lo esperable, podés empezar una terapia. ¡No tengas prejuicios! Así como consultarías a un especialista por un dolor puntual, podrías consultar con un psicólogo por un malestar de índole mental o emocional. 

¡Espero que estos consejos te ayuden la próxima vez que te sientas nervioso! 

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POR: María de la Paz Villanustre.

Estudió psicopedagogía en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Se desarrolló en clínica, escolar, contexto comunitario, niñez y adultos mayores. Es investigadora y coordinadora del proyecto de voluntariado en jardines comunitarios de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ, declarado de interés legislativo por la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. Sabe hablar inglés, francés y alemán. Ilustradora y creadora de contenidos en @lapsicopé.
 

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