
Un estudio desarrollado por la Asociación Americana de Psicología afirmó que el 39% de las personas entre 18 y 33 años se declaran estresados en sus trabajos. Se trata de una generación a la que se la han bautizado como "Millennial".
En cuanto a otros grupos etarios, el estudio señala que la llamada Generación X (entre 34 y 43 años) manifestó sufrir de estrés en el 36% de los casos, mientras que en los Baby Bommers (entre 44 y 66 años) llegó al 33%. Los mayores de 67 años al parecer son los que viven más tranquilos, pues sólo un 29% indicó sentir presión en el cumplimiento de sus responsabilidades.
En mi anterior nota sobre la ansiedad, les contaba sobre el estrés y sus consecuencias en el cuerpo físico. Los hombres del paleolítico se enfrentaban a amenazas constantes que hacían que sus cuerpos vivieran en estado de alerta y estrés. Hoy ya no tenemos que estar cazando animales para sobrevivir ¿no es cierto?, ni subirnos a los árboles para evitar que los predadores nos coman...entonces, ¿porque mantenemos un estado de estrés tan grande que no nos permite disfrutar las actividades que realizamos?
La respuesta a esto, por lo menos la que he encontrado para hoy poder realmente trabajar y minimizar mis periodos de estrés y posterior ansiedad, es que no es necesario CONTROLARLA, sino comprender como funciona nuestro cuerpo cuando se ve afectado por estas sensaciones, para luego comenzar a modificar conductas, y obtener resultados beneficiosos para nuestro futuro.
Anthony Robbins reconocido autor estadounidense, y motivador absoluto de grandes personajes como Tiger Woods, decía:
"If you change your state, you change your mind" o sea Si cambiamos nuestro estado, cambiamos nuestra mente
Entonces lo inicial en este punto, tomando la filosofía de Robbins, es mover el cuerpo para cambiar el estado inicial. Recuerdo aún mi sorpresa, cuando escuché su rutina matinal de tirarse a una pileta de agua helada, sólo para cambiar su estado. Si bien no quiero aconsejarlos a darse un baño de agua fría en sus oficinas, quiero dejarles la idea que al movernos podemos lograr estos estados de relajación que buscamos.
En este punto quiero mencionar al Dr. Edmund Jacobson, creador de un Método de Relajación muy efectivo, conocido como Relajación Progresiva. A principios de siglo concibió unos ejercicios para relajarse cuya finalidad es provocar una tranquilidad mental al reducir progresivamente todas las tensiones musculares. Este método pretende un aprendizaje de la relajación progresiva en todas las partes del cuerpo.
El demostró que el pensamiento y el estado emocional afectaban al nivel de respuesta muscular probando una relación directa músculo - pensamiento - emociones.
Jacobson nos enseña a relajar la musculatura voluntariamente para poder lograr un estado profundo de calma interior, que se produce cuando liberamos la tensión innecesaria en nuestro cuerpo.
Aprender a relajar los distintos grupos musculares que componen nuestro mapa de tensión necesita de un recorrido consciente por todo nuestro cuerpo, aunque en ocasiones no sepamos de la tensión que se acumula en algunas zonas.
Si estás experimentando una baja en tu productividad laboral, te sentís irritable ante determinadas situaciones o notás que perdiste tu nivel de concentración en tus tareas cotidianas probablemente estés bajo un cuadro de estrés y ansiedad. Si detectaste estos síntomas ya estás en el primer paso de la solución de tu malestar, pero es muy importante que identifiques el causante de tu estrés para poder trabajar sobre ello. Te dejo el ejercicio práctico de Jacobson que te permitirá relajarte y obtener calma, estés donde estés.
TENSIÓN / RELAJACIÓN
Su método consiste en esta serie de ejercicios, yendo paso a paso junto con una respiración completa y profunda.
- Manos. Apretar los puños, se tensan y destensan. Los dedos se extienden y se relajan después.
- Bíceps y tríceps. Los bíceps se tensan (al tensar los bíceps nos aseguramos que no tensamos las manos para ello agitamos las manos antes después relajamos dejándolos reposar en los apoyabrazos. Los tríceps se tensan doblando los brazos en la dirección contraria a la habitual, después se relajan.
- Hombros. Tirar de ellos hacia atrás (ser cuidadoso con esto) y relajarlos.
- Cuello (lateral). Con los hombros rectos y relajados, doblar la cabeza lentamente a la derecha hasta donde se pueda, después relajar. Hacer lo mismo a la izquierda.
- Cuello (hacia adelante). Llevar el mentón hacia el pecho, después relajarlo. (Llevar la cabeza hacia atrás no está recomendado).
- Boca (extender y retraer). Con la boca abierta, extender la lengua tanto como se pueda y relajar dejándola reposar en la parte de abajo de la boca. Llevar la lengua hasta tan atrás como se pueda en la garganta y relajar.
- Boca (apertura). Abre la boca cuanto sea posible; cuidado en este punto para no bloquear la mandíbula y relajar.
- Lengua (paladar y base). Apretar la lengua contra el paladar y después relajar. Apretarla contra la base de la boca y relajar.
- Ojos. Abrirlos tanto como sea posible y relajar. Estar seguros de que quedan completamente relajados, los ojos, la frente y la nariz después de cada tensión.
- Respiración. Respirar tan profundamente como sea posible; y entonces toma un poquito más; espira y respira normalmente durante 15 segundos. Después espirar echando todo el aire que sea posible; entonces espira un poco más; respira y espira normalmente durante 15 segundos.
- Espalda. Con los hombros apoyados en el respaldo de la silla, tirar tu cuerpo hacia adelante de manera que la espalda quede arqueada; relajar. Ser cuidadoso con esto.
- Glúteos. Tensar y elevar la pelvis fuera de la silla; relajar. Apretar los glúteos contra la silla; relajar.
- Muslos. Extender las piernas y elevarlas 10 cm. No tenses el estómago; relajar. Apretar los pies en el suelo; relajar.
- Estómago. Tirar de él hacia dentro tanto como sea posible; relajar completamente. Tirar del estómago hacia afuera; relajar.
- Pies. Apretar los dedos (sin elevar las piernas); relajar. Apuntar con los dedos hacia arriba tanto como sea posible; relajar.
- Dedos. Con las piernas relajadas, apretar los dedos contra el suelo; relajar. Arquear los dedos hacia arriba tanto como sea posible; relajar.
Así como prestamos atención a los momentos de placer, como puede ser mirar una película graciosa, disfrutar de una comida que nos gusta mucho, es necesario que tomemos el control de nuestro cuerpo físico y nuestras emociones mientras trabajamos y vivimos emociones tensas. Eso nos va a permitir conectarnos con nuestro cuerpo y poder relajarlo cada vez que sea necesario, y de a poco, ir evolucionando en nuestra conexión interior.
TAGS: Desarrollo personal, Ansiedad y estrés, Mejora clima laboral, Relajación práctica, Jacobson, Relajación muscular.
POR: Carolina Varzabetian
Soy Carolina Varzabetian, tengo 35 años y me recibí de Licenciada en Diseño Gráfico. Con experiencia profesional diseño y marketing durante varios años, hoy soy fundadora de Woman+weconnect un emprendimiento dirigido a mujeres con el fin de crear una comunidad de contención y guía para el desarrollo personal. Escribo cada miércoles a mis seguidoras, organizo talleres in Company en temáticas de desarrollo personal, y trabajo como capacitadora del Programa BAemprende de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Amante del eterno aprendizaje, de los viajes lejanos, y de mi perro Felipe.
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