Es importante entender cómo y cuando aplica cada costo y gasto directo e indirecto en la estructura de costos del producto y de la empresa en general ya que, en definitiva, los impuestos impactan sobre todas las áreas de ella.
Conozco muchos casos de clientes a los que acompaño que creían estar ganando plata con su empresa o que su rentabilidad se encuentraba dentro de “determinado rango” pero que, al momento de sentarse y hacer bien los números (los que se ven a simple vista más los ocultos) caen en la cuenta que no solo no obtienen lo que esperaban sino que apenas pueden mantener operativo el negocio y sacar un beneficio tangible de ello.
En ocasiones sucede que la rentabilidad es tan acotada que no logran crecer o expandirse, invertir o proyectar que es en definitiva cuando la empresa se empieza a descapitalizar (disminución progresiva del Patrimonio Neto, que es el Activo menos el Pasivo). Es por lo tanto fundamental conocer los impuestos antes de cotizar para no perder “dinero evitable” ya que la ganancia no solo depende de pagar los costos directos de producción sino tambien de afrontar adecuadamente los costos fijos, impositivos y los financieros. Luego de todo esto y si somos buenos y eficientes en nuestro trabajo, se manifestará la ganancia.
Ejemplo de retención anticipada de impuestos
Les compartiré un caso del año pasado, de una empresa que se llevó una gran sorpresa por desconocer estos asuntos. Juan Palotes es dueño de una Pyme de servicios a la que le va muy bien actualmente pero que, en sus inicios, tuvo algunos tropezones financieros por no terminar de entender como funcionaba el sistema de recaudación impositivo en la argentina. Resulta que, para el mes de abril, una reconocida empresa le pidió que le cotizace un servicio completo “llave en mano” que si bien le insumiría mucho trabajo, era la facturación más grande del año y creyó que, de poder cumplirlo, podría ponerse al día con algunos pendientes que tenía. El servicio fue presupuestado por una suma promedio de $100.000.- de los cuales Juan tenía un costo de $75.000. De esta manera se aseguraba una ganancia “rápida y limpia” de $25.000.- Como ya había leído varios de los artículos aquí publicados recordó que era importante prever el medio de pago y, anticipándose, supo que el mismo iba a materializarse con un cheque a 60 días por lo que iba a tener un costo impositivo adicional del 1,2% proveniente del impuesto al cheque (créditos y débitos) sobre lo cobrado, al margen de su costo financiero. También sabía que, sobre lo facturado, iba a tener dentro de sus costos el 3,5% del valor de la factura en concepto del impuesto por ingresos brutos (IIBB). Si bien todo esto mermó parte de su ganancia inicial le seguía conviniendo el negocio por lo que continuó entusiasmado con la propuesta comercial. De esta forma procedió a facturar y a comprometerse con el cliente para la entrega del servicio en las condiciones pactadas. Sucede que, al momento de cobrar el tan esperado valor o cheque, el cliente resultó ser “agente de retención” y efectuó una retención anticipada de IVA (21%); IIBB (3,5%) y de ganancias (según su nivel de facturación) que ascendía, en la suma total, a lo mismo que previó como ganancia. Por lo que, así como cobró, terminó de pagar sus costos directos sin obtener nada de “ganancia líquida”. Si bien debemos mencionar que el IVA puede ser tomado a crédito (AFIP) al mes siguiente, Juan no contaba con el dinero al momento y, en el caso del impuesto a las ganancias, resultó ser que dado que facturó en enero y dicho impuesto se suele presentar para abril del año próximo, iba a tener que esperar hasta 16 meses para poder utilizarlo.
Otro caso común y que impacta de manera directa en las finanzas es cuando se factura un servicio y el cliente paga diferido, es decir, a un plazo de 30, 60 o 90 días. En cuyo caso la empresa ya incurrió en los gastos y tiempos de fabricación, operación, IIBB y entrega del mismo. Aún así todavía debe agregar, al mes siguiente, la carga financiera del 21% correspondiente al IVA por más que aún no haya cobrado de su cliente. AFIP entiende que las personas jurídicas deben trabajar por lo devengado, que es cuando se entregó el bien o servicio aunque este no se haya cobrado aún. En cambio preve que, para las personas físicas, se debe trabajar por lo percibido. Solo en este último caso aplicará la excepción a la regla arriba mencionada, aunque no siempre se cumpla.
¿Qué y quienes son los agentes de retención y como impactan en las finanzas?
Los agentes de retención son aquellos sujetos a los que la ley les atribuyó el deber de practicar retenciones por deudas tributarias de terceros sobre los fondos de que dispone. En el caso del agente de percepción es el que se haya en la situación de recibir del contribuyente una suma a cuyo monto originario debe adicionarse el tributo que luego ingresará al fisco. Pueden consultar estas y otras definiciones más en http://www.agip.gov.ar/web/agentes-recaudacion/ para el caso particular de retenciones de impuesto a las ganancias podrán hacerlo en http://www.afip.gob.ar/genericos/guiavirtual/directorio_subcategoria_nivel3.aspx?id_nivel1=563id_nivel2=607&id_nivel3=682
¿Cómo saber si un cliente es agente de retención?
Si les facturás a clientes grandes o responsables inscriptos debes prever esta posibilidad y chequear previamente, al momento de presupuestar, si el cliente es un agente de retención. Esto se puede hacer a través de la “Consulta a la nómina de Agentes de Retención obligados por este régimen” ingresando solamente el número de CUIT del cliente en: http://www.afip.gob.ar/genericos/tramites/rg18.asp De esta manera, podrás saber de antemano qué impuestos te podrán y deberán aplicar a fin de preverlo dentro de la estructura de costos como es debido.
TAGS: Administración y finanzas, impuestos, presupuestos, negocios Pymes.
POR: Santiago Rodrigo, CEO Pareto Consultora.
Es vinculador tecnológico por la Universidad de San Martin. Lidera el equipo de Pareto Consultora ofreciendo soluciones a Pymes y emprendedores en diversas temáticas mediante la implementación de herramientas ágiles aplicadas a la producción y a la gestión estratégica de los negocios. Analista de costos e implementador de Programas de Eficiencia Productiva para reducir pérdidas (metodología Japonesa) propiciando el aumento de la competitividad empresarial. Consultor asesor para la Fundación Sadosky especializado en empresas TIC ejerciendo un rol de articulación entre las universidades, el estado y la industria IT. Asesoramiento en la gestión de proyectos de inversión en las principales líneas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y en otros instrumentos de financiamiento público. Coach y mentor para diversas instituciones nacionales e internacionales vinculadas a negocios y al diseño como ventaja competitiva. Conferencista y speaker en eventos del ecosistema emprendedor. Actualmente profesor en la Cámara Cafydma y en el Programa de Academia BA Emprende del GCBA, donde se desempeña como referente temático en costos y finanzas.